"LA FILOSOFIA DEL MARTINISMO"
Traducido por: Hermano Justinus - Mexico



El objetivo primordial del Martinismo es el mejoramiento espiritual del individuo y de la sociedad.

Sin embargo, sus enemigos son el materialismo y el agnosticismo, las cuales son doctrinas nocivas que han incrementado su poder como resultado de las conquistas científicas de los últimos 200 años y de la filosofía basada y fuertemente argumentada en perjuicio contra la que es justamente la ley de Dios y el Hombre.

Esto es porque, si deseamos implantar valores espirituales en la sociedad actual, es necesario empezar desde los fundamentos espirituales irrefutables, y tomar en consideración el mundo en que vivimos y la materia, y los fenómenos en los que está basada, además de la cuestión del elemento divino, y esto es el aspecto espiritual.

Así, en la raíz de la doctrina del Martinismo podemos encontrar un método con el cual determinar la relación entre el cuerpo, el alma y el espíritu. Esto guiará al estudiante a la firme convicción de que esto es una guía espiritual y una fuerza creativa para la materia.

Así, la psicología Martinista guía a la soberanía del espíritu para llegar al fin como única realidad.

El propósito de la teología Martinista debe ser buscado en las profundidades del pensamiento humano; pero también cerca de nosotros, por ejemplo: en la doctrina esotérica del Misticismo Cristiano, el cual se manifiesta particularmente en la Gnosis.

La primera parte de las enseñanzas Martinistas consisten de una demostración doble. En un movimiento ascendente va fuera del cuerpo hacia el alma, el espíritu, las eternas manifestaciones divinas, y finalmente, hacia la fuente de la Creación. Esto constituye una filosofía y también una ciencia teórica.

Es necesario subyugar el cuerpo, disciplinar el alma y establecer la personalidad humana con su centro actual, el espíritu. Y luego, etapa por etapa, el espíritu tendrá que regresar del mundo del tiempo y el espacio al mundo de la divinidad, que es su lugar de origen. Esta es la ciencia, la cual no es muy teórica pero sí práctica.

Inicia con algo moral, por ejemplo ética, se eleva por el camino de la religión universal y culmina en santidad, lo cual es una deificación, una unión con Dios, el principio y la fuente de todo.

Esto hecho por medio de operaciones específicas, por acciones fluidas, por contacto y manejo de fuerzas espirituales. Así como los científicos dirigen y manejan fuerzas materiales, así mismo el Martinista opera con energía espiritual.

Habiendo avanzado del conocimiento experimental, él dirige su camino hacia la ciencia intuitiva, hacia el éxtasis, el cual le abrirá los horizontes del espíritu. De lo condicional, el Martinista va hacia el Absoluto. Seguramente no lo alcanzará, pero en cada etapa de su curso indefinido, con la ayuda divina, llegará a ser más grande y su conciencia será más completa.

Por supuesto se ha descrito solamente un esqueleto, una estructura con la cual el Martinista debe evolucionar. La verdadera esencia de las enseñanzas, los métodos y las prácticas solo son comunicadas al estudiante que desea ser transformado.

Tal es el estado presente de la Orden Martinista, y tales son sus enseñanzas. Esencialmente espiritual, es un centro para la difusión del Misticismo Cristiano.

La Orden tiene, desde su fundación, todas las ciencias experimentales pero utiliza en particular el simbolismo y el hermetismo para llegar a la Gnosis. Se dedica a la reintegración del hombre a su estado original y al mejoramiento espiritual de toda la raza humana.

La Orden Martinista es un sistema iniciático que introduce al estudiante a la tradición Mística Cristiana, a través de 3 etapas o grados (Asociado, Iniciado, y Superior Incógnito), y es un curso o camino interno basado en el antiguo sistema de la enseñanza oral y del estudio personal.
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El Martinismo es una de las corrientes de la tradición esotérica e iniciática occidental, y está basada sobre las enseñanzas de la escuela europea de la teosofía clásica y los trabajos de Jacob Boehme (llamado "El Teósofo de Gorlitz"), Johan Georg Gichtel ("El Teósofo de Amsterdam"), Emmanuel Swedenborg ("El Teósofo Sueco"), Martínez de Pascalis, Jean-Baptiste Willermoz y otros. La palabra "Martinismo" se deriva del nombre del místico francés Louis-Claude de Saint-Martin (conocido como "El Teósofo de Amboise"), quien sumarizó estas corrientes de pensamiento, a finales del siglo XVIII.

Considerada por varios espiritualistas de los siglos XIX y XX como una de las ramas más puras de la tradición iniciática occidental, al Martinismo han pertenecido prominentes miembros de movimientos iniciáticos y espirituales, tales como: Augustin Chaboseau, Dr. Gerard Encausse (Papus), Eliphas Levi, Henri Delaage; Maria Desraimes y Georges Martin (los fundadores de la Co-masonería), y varios bien conocidos Masones y Rosacruces de Inglaterra, Alemania, Bélgica, Francia y Estados Unidos de América (U.S.A.), tales como: Helena Petrovna Blavatsky, el Coronel Olcott, Annie Besant, y James Ingall Wedgewood, quienes iniciaron a Charles Webster Leadbeater y a otros miembros de la Sociedad Teosófica.

El propósito del Martinismo es transmitir las enseñanzas de espiritualidad y las iniciaciones adecuadas para llegar a ser "Superieur" ó "Serviteur Inconnu" (Superior Desconocido ó Servidor Desconocido). Estas gentes han dedicado sus vidas al servicio de los Maestros Pasados y de la humanidad.

Existe mucha controversia acerca del verdadero involucramiento de Louis-Claude de Saint-Martin en la fundación de alguna de las Ordenes Martinistas, aún entre los miembros Martinistas. En nuestra época, las diferentes Ordenes Martinistas existen solo para transmitir la Iniciación Martinista regular a hombres y mujeres que sienten el "deseo" ardiente por la Luz, de acuerdo a la antigua tradición occidental.

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