HISTORIA DE LA CÁBALA Y DEL ZOHAR

El primer Cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham. El percibió las maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador, y los mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para adquirirlo. La Cábala se transmitió oralmente durante muchos siglos. Cada Cabalista agregó su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento acumulado, en los términos de las almas de su generación.

La Cábala se siguió desarrollando después que la Biblia (los 5 libros de Moisés) fue escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el Segundo (586 a.C. - 515 a.C.), ya se la estudiaba en grupos. Luego de la destrucción del Segundo Templo (70) y hasta nuestra generación, hubo tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cábala, en los que aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio.

El primer período tuvo lugar durante el siglo III, cuando el libro del Zohar fue escrito por Rabí Shimón Bar Yochai (150 - 230), el "Rashbi", un alumno de ¿???Rabí Akiva (40 - 160). Sólo Rabí Shimón Bar Yochai y otros cuatro sobrevivieron. Tras la matanza de 24.000 discípulos de Rabí Akiva, el Rashbi fue autorizado por Rabí Akiva y Rabí Yehuda Ben Baba a transmitir a las generaciones futuras la Cábala que le habían enseñado. Tras la captura y encarcelamiento de Rabí Akiva, el Rashbi escapó con su hijo Eliezer. Vivieron en una cueva durante 13 años.

Salió de la cueva con el Zohar, un método acabado para el estudio de la Cábala y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser humano puede lograr durante su vida en este mundo. El Zohar nos relata que él y su hijo alcanzaron el nivel denominado "Eliahu el Profeta", lo cual significa que el propio profeta en persona vino a enseñarles.

El Zohar es uno, escrito en forma de parábolas y en arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos. El Zohar nos dice que el arameo es el "reverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. Rabí Shimón Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma de alcanzarla metódicamente dictando sus contenidos a Rabí Aba. Aba redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos de ello.

El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante cuyo transcurso las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada generación. Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y completitud.

Rabí Shimon bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación. Escribió e interpretó muchos temas Cabalísticos que fueron publicados y son conocidos hasta el día de hoy. El libro del Zohar, por su parte, desapareció después de ser escrito.

Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una cueva cerca de Safed en Israel. Fueron encontrados varios siglos después por residentes árabes de la zona. Un día, un Cabalista de Safed compró pescado en el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el que estaba envuelto. Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto de las piezas , reuniéndolas en un libro.

Esto sucedió porque está en la naturaleza de las cosas ocultas el que sean descubiertas en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e ingresan a nuestro mundo. De este modo es revelado el Zohar a lo largo del tiempo.

Pequeños grupos de Cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. Rabí Moshé de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España.

El segundo período es muy importante para la Cábala de nuestra generación. Es el período del Ari, Rabí Isaac Luria, autor de la transición entre los dos métodos de estudio de la Cábala. En los escritos del Ari aparece por primera vez el lenguaje puro de la Cábala. El Ari proclamó el comienzo de un período de estudio abierto y masivo de la Cábala.

El Ari nació en Jerusalem en 1534. Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío.

Durante su vida en Egipto, se mantenía gracias al comercio, pero dedicaba la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cábala. Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo, estudiando el Zohar, los libros de los primeros Cabalistas y los escritos de otro miembro de su generación, el "Ramak", Rabí Moisés Cordovero.

En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó inmediatamente a enseñar Cábala. Su grandeza fue pronto reconocida; todos los sabios de Safed, muy versados en la Toráh revelada y en la oculta, vinieron a estudiar con él, y se volvió famoso. Durante un año y medio, su discípulo Haim Vital volcó al papel las respuestas a muchas de las preguntas que surgían durante sus estudios.

Algunos de estos escritos son escritos del Ari, conocidos por nosotros como "Etz Hahayim" (El Arbol de la Vida), "Sha'ar Hakavanot" (El Portal de las Intenciones), "Sha'ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. El Ari nos legó un sistema básico para estudiar la Cábala, que sigue vigente hasta el día de hoy. El Ari murió siendo aún joven, en 1572. Acorde a su última voluntad, sus escritos fueron archivados, para no revelar su doctrina antes de tiempo.

Los grandes Cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio. Por ello prefirieron muchas veces esconder o aun quemar sus escritos. Sabemos que Baal Hasulam quemó y destruyó la mayor parte de sus escritos. Resulta significativo que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido. Lo que se revela en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una segunda vez.

Rabí Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital, quien la organizó como Las Ocho Puertas. Mucho después, un grupo de estudiosos encabezados por el nieto de Rabí Vital rescataron de la tumba otra parte de los escritos.

Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en grupos. A partir de allí, el estudio del Zohar prosperó durante doscientos años. En el gran período de la Hassidut (1750 - fines del S. XIX) prácticamente todo gran rabino era un Cabalista. Aparecieron Cabalistas principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak, Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cábala decayó hasta casi desaparecer por completo.

El tercer período agrega un método adicional a las doctrinas del Ari, redactado en nuestra generación por Rabí Yehuda Ashlag, autor de la interpretación Sulam (escalera) del Zohar y de las enseñanzas del Ari. Este método resulta particularmente apropiado para las almas de nuestra generación.

Rabí Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en Varsovia. En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino de Givat Shaul, en Jerusalém. Ya estaba inmerso en la redacción de su propia doctrina cuando comenzó a escribir el comentario al Zohar en 1943. Baal Hasulam terminó de redactar su comentario al Zohar en 1953. Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalém.

Le sucedió su hijo mayor, Rabí Baruch Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros se estructuran según las instrucciones de su padre. Elaboran con elegancia los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión.

El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo después de su casamiento le permitió éste integrar los selectos grupos de estudio de la sabiduría oculta -la Cábala. Rápidamente se le autorizó dar clase a los principiantes.

Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, como su padre, en mantener un modo de vida muy modesto. A lo largo de su vida trabajó de zapatero remendón, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y a la enseñanza de la Cábala. El Rabash murió en 1991.

Rabí Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para nuestra generación. Es el único de su generación que escribió un comentario completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari. Estos libros y los ensayos de su hijo, Rabí Baruch Ashlag, el Rabash, son la única fuente a la que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior.

Al estudiar sus escritos, estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años). Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues nos permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos ahora, usándolos como trampolín hacia la espiritualidad.

El método del Baal Hasulam sirve para todos. La sulam (escalera) que construyó en sus escritos asegura que ninguno de nosotros deba temer el estudio de la Cábala. Todo aquél que estudie Cábala durante tres a cinco años accederá a las esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina", nombre de lo que está arriba (más allá) de nosotros y que aún no percibimos. Estudiando según los libros de Rabí Yehuda Ashlag, alcanzaremos la auténtica corrección.

El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender los mundos superiores. Aumenta nuestro deseo de conocer nuestras raíces y de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de autorrealizarnos.

Los tres grandes Cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como Rabí Yehuda Ashlag. Cada ocasión correspondió al momento oportuno de madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para enseñar el método adecuado.

Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar. Lo que fue escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a interpretarlo en términos de Cábala. Estos escritos también fueron archivados y luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a estudiar la Cábala y autocorregirse ya.

Vemos que el Zohar le habla a cada generación. A medida que pasan las generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre el libro del Zohar a su modo, según las raíces de su alma.

Significativamente, al mismo tiempo se intenta ocultar los escritos cabalísticos, para que los que sientan la necesidad los busquen y descubran por sí mismos. Los Cabalistas saben evidentemente que el proceso de cambio requiere dos condiciones: momento adecuado y madurez del alma. Somos testigos de un suceso muy interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era en el estudio de la Cábala.

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